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Vocación marista
La vida como marista
La vida marista es “simple y modesto en su expresión, cerca de la vida de la gente común, de carácter apostólico y marcado por la espontaneidad y la alegría. “ – Las Constituciones Maristas.
La vida comunitaria está en el corazón de la vida marista. Tomamos como inspiración la iglesia primitiva, de los discípulos unidos en “un solo corazón y una sola mente” al servicio del Evangelio. Como maristas ministramos activamente a los demás en una amplia variedad de apostolados, pero somos algo más que trabajadores en una empresa. Compartimos nuestras vidas, nuestra misión y nuestra visión.
- Nos esforzamos por vivir una vida común.
- Compartimos nuestros bienes materiales de acuerdo con el voto de pobreza.
- Compartimos comidas comunes y recreamos juntos cada día.
- Tratamos de cuidarnos el uno al otro e imitar ese amor que los primeros discípulos tenían el uno por el otro.
- Oramos juntos, celebramos la Eucaristía regularmente y compartimos nuestra fe.
Vivir en comunidad nos permite apoyarnos mutuamente en la vida religiosa. Nos permite mantener los pies en el suelo y permanecer fieles a nuestros votos. Cada uno de nosotros tiene un lugar donde somos respetados por nuestra individualidad y apreciados por nuestra contribución a nuestra vida común y ministerio. Nuestra pertenencia en comunidad nos permite crecer en nuestra relación con Dios y con los demás.