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Un santo que persevera

Llevaba más de cuatro meses en la isla. Diariamente él y el hermano Marie Nizier habían practicado fielmente la rutina de oración prescrita por su regla; la mayoría de los días había celebrado misa; en febrero, con su compañero, había realizado la liturgia del Día de la Candelaria y del Miércoles de Ceniza. Muy a menudo los isleños habían estado presentes en estos actos de adoración, aunque sin entenderlos, ya que Pedro no tenía medios para explicar nada. Sus esfuerzos por lograr la paz han sido ignorados en gran medida. Muy poco -excepto lo que hoy podríamos llamar ilusiones- aparece en su diario sobre los esfuerzos directos de evangelización. Simplemente, estaba completamente perjudicado por la falta de comunicación, y debe haber sido extremadamente desalentador. No es de extrañar que sintiera la necesidad de consultar… sus compañeros sacerdotes maristas. (Graystone, San Pedro Chanel, pág. 29)

Oración por las vocaciones
Señor Jesús, diste a la Iglesia, a la Sociedad de María y al pueblo de Oceanía, a San Pedro Chanel, como ejemplo de dulzura, compasión y amor en acción. Acoged a muchos jóvenes y jovenas en la Familia Marista, como sacerdotes, hermanos y hermanas. Ayúdanos a compartir nuestro carisma con los laicos de todo el mundo y a trabajar en colaboración con ellos en la misión por el bien de tu Iglesia y del mundo. Esta oración la hacemos al Padre en Tu nombre a través del Espíritu Santo. Amén.

(Foto: Tracy L. Christenson, https://tracylchristianson.com/index.html)